Sensaciones

Hay que reconocer que en los últimos días, vivimos instalados en un dragón khan que impide a nuestra adrenalina recuperar el necesario reposo para retomar la serenidad. El sábado un millón de personas salieron a la calle en Barcelona, el denominador común que  las congregó, fue exteriorizar el rechazo al fondo y a las formas con las que el Tribunal Constitucional ha tratado el recurso del Partido Popular al Estatut de Catalunya. Por supuesto, en paralelo, existían diversos intereses partidarios interpretando de diferentes modos la magna protesta. La cuestión es, ¿ahora qué? , de la sensatez de esta respuesta, sin duda, depende el futuro de Catalunya y España ya que no podemos instalarnos en la desafección ni echarnos al monte.

Horas más tarde, “la Roja”, ganaba la copa del Mundo produciéndose una explosión de júbilo popular sin precedentes y, como es natural, no han faltado los finos analistas que se han apresurado a mezclar, la indisoluble unidad de España, con un triunfo deportivo, y que de ello deben tomar nota los díscolos nacionalistas.

El pasado miércoles asistimos al debate del Estado de la Nación y comprobamos que el Gobierno esta sólo y acosado, a veces injustamente, por todos los partidos del arco parlamentario, que atizan al Gobierno con frialdad calculada, en función de sus expectativas electorales ya sean autonómicas o generales.

Esta mar de fondo  complica mucho pilotar con rigor las reformas que requiere nuestra economía; control del déficit, sistema financiero, mercado laboral, mejorar la productividad, incentivar nuevos sectores productivos de futuro. La crisis sigue calando hondo, el PIB sigue negativo, el crédito restringido, y más que lo estará al conocer que la deuda del los bancos españoles con el BCE es de ciento veintiséis mil millones de euros.

Al final de esta panorámica, al ciudadano, más que conocimiento de la realidad, le quedan sensaciones, y la sensación es que debemos recuperar el sentido común, y aunque hay que encontrar cauces para resolver la grave crisis política e institucional que se ha generado, el tempo obliga hoy a canalizar todas nuestras energías en reactivar la economía y el empleo o lo pasaremos muy mal.

15.7.2010

I.V.A.

Ayer todos los ciudadanos nos levantamos con menos capacidad de consumo, debemos pagar más por los mismos productos que habitualmente consumimos, entró en vigor el aumento del Impuesto de Valor Añadido. La tarifa general pasó del 16% al 18%, la reducida del 7% al 8% y la superreducida se mantiene en el 4%.

Con esta medida el Gobierno estima que recaudará 5.150 millones de euros adicionales, aunque para que esto sea cierto debemos dar por sentado que se van a cumplir determinados requisitos. Aceptado que los recaudadores de este impuesto son las empresas y los profesionales, los cuales tienen la responsabilidad de liquidar lo cobrado a Hacienda, debemos exigir un riguroso control de posibles fraudes como prestar servicios o vender productos sin factura quedando, de este modo, excluido el IVA de la transacción. En el ciclo recesivo actual la tentación de no perder una venta y abaratar el coste al consumidor es alta.

La fuerte caída de la demanda, la alta tasa de desempleo y las duras restricciones salariales, pueden inducir a muchas empresas y profesionales a compensar la subida del IVA, rebajando el precio del producto, de forma que Hacienda recaudaría menos que antes ya que tipos más altos con precios más bajos produce menor ingreso.

Estos requisitos generan muchas incertezas de que la estimación de recaudación se produzca, y la certeza de que la medida incomoda, y mucho, a todos los consumidores. El coste político asumido es alto y la compensación en ingresos, caso de producirse, de baja incidencia en términos relativos al total de ingresos del Estado.

El Gobierno debe recaudar más, aunque la formula de aumentar impuestos, en tiempos de crisis tan aguda, no es la formula más adecuada. Si gravan al consumo frenan la demanda, si gravan a las empresas frenan la inversión y si gravan a los asalariados limitan su capacidad de compra. Lo necesario y efectivo  es un riguroso y duro plan de medidas que ataquen al fraude fiscal en todas sus vertientes, desde el pequeño comercio al alegre tráfico de capitales con destino a paraísos fiscales. Para este objetivo todos debemos implicarnos, si nadie defrauda recaudaríamos mucho más y todos podríamos pagar menos.

30.6.2010

Urgencias

Lo malo de estar muy endeudado es que dependes de quien te financia y si las circunstancias, como es el caso, dejan sin liquidez al sistema financiero, se producen dos efectos inmediatos, uno que se encarece el precio del dinero, el otro que los Bancos extreman las exigencias para garantizar que van a cobrar los créditos.

En términos macroeconómicos es lo que esta sucediendo, hay que rebajar rápidamente el volumen de deuda que concentran empresas, familias y gobiernos, para ello se debe controlar con mucho rigor el déficit publico que ha llegado, en España, al 12 por ciento del PIB. De lo contrario, al no tener acceso a más crédito, podríamos tener dificultades para hacer frente a nuestros compromisos de pagos.

Estabilizar rápidamente esta situación es un ejercicio de responsabilidad para recuperar el crecimiento económico en nuestro país, pero también un acto de lealtad con nuestros socios comunitarios que, además de hacer sus deberes domésticos, aportan recursos para sostener al euro y a la eurozona.

 Abordar un plan de ajuste tan duro y con la misma urgencia que un accidentado llega a la UVI, genera graves trastornos a los ciudadanos, incomprensión sobre la gravedad de los hechos, e incertidumbre sobre la evolución que tendrá en el futuro. Las medidas adoptadas para controlar el déficit, la regulación y restructuración del sistema financiero y reformas en el mercado laboral son, sin duda, necesarias, aunque draconianas. Por ello se echa mucho de menos un liderazgo, tanto político como social, que marque la hoja de ruta que indique como transitaremos de la UVI a la convalecencia y de ahí a la plena recuperación.

España tiene recursos humanos y sectores competitivos e internacionalizados para superar esta larga recesión económica, aunque con requisitos que no podemos trivializar: debemos interiorizar con convicción que nuestro mercado es la Unión Europea, tenemos que invertir mucho en tecnología, trabajar más, mejorar nuestra productividad y hacer más competitivos en calidad y precio nuestros productos.

Estos objetivos son prioritarios y deben centrar nuestras energías, convocar una huelga general puede parecer que no se es capaz de liderar el futuro.                        

16.6.2010

Impuestos

La crisis sigue haciendo estragos, el ataque que ha padecido la eurozona en la última semana ha mostrado la vulnerabilidad a la que está sometido el euro, debido a la enorme deuda que asumen sus Estados miembros. Ello ha motivado los ajustes que están aplicando, con urgencia todos los países, con el objetivo de conseguir que el déficit público no supere el 3% anual.

Los problemas que padecemos están interrelacionados y se retroalimentan, pero proceden de causas distintas y no tienen idéntica solución, además su impacto tiene diferentes consecuencias según el contexto territorial que analicemos. La Unión Europea no es homogénea aunque lo sea su moneda, por ello es tan importante reforzar las estructuras políticas comunitarias para que ejerzan un liderazgo consensuado con los Estados miembro, de modo que protejamos al euro, pero también incentivemos el crecimiento económico en todos los territorios. Hay que recuperar la senda de crecimiento en la U.E, pero éste debe ser compensado, de lo contrario el riesgo de romper Europa es muy alto.

Analizando España, se agudizan los puntos críticos que impiden un despegue de la economía: excesivo endeudamiento de familias y  empresas, la financiación del sector privado seguirá siendo limitada, la pesada losa del déficit público, y la lentitud en la creación de empleo. La receta adoptada, contención del gasto, ajustes drásticos y reformas estructurales es un buen camino además de un baño de realismo, aunque faltan estímulos contundentes para reactivar la demanda interna y la inversión productiva. Los ingresos públicos deben aumentar pero vinculados a crecimientos del PIB, accionar la palanca de subir tipos impositivos en el tramo de rentas del trabajo (IRPF), estéticamente puede sonar bien pero las consecuencias serán peores que el remedio, se contraerá más el consumo, se instalará la psicosis del efecto pobreza y se rompe la equidad fiscal ya que habrá peores servicios públicos y más caros.

Sólo añadir, una vez más, que es imprescindible articular un mercado de trabajo acorde con la realidad socioeconómica del siglo XXI, cualquier vacilación en este terreno ahogará la posibilidad de generar ocupación. 

2.6.2010       

Ajustes

Tarde, muy tarde, aunque reiteradamente reclamados, han llegado los ajustes, con un plus de dureza proporcional al retraso en adoptarlos y a los dispendios producidos mientras se creía que generando déficit se reactivaría la economía. Perdidos en nuestro ombligo con los Gurtel, Malaya, Pretoria, dilapidar el espíritu de convivencia alcanzado en la Constitución cercenando un Estatut, o dando un espectáculo mundial criminalizando a un Juez que pretendía reparar una injusticia, tal vez, por todo ello, no nos hemos enterado que los mercados financieros piensan y actúan en global, mientras los Gobiernos lo hacen en local.

En este contexto  hay especulaciones sobre si tiene futuro mantener la zona euro o, por el contrario, seria más fácil la recuperación económica si los países de la eurozona recuperaran su autonomía para adoptar políticas monetarias y fiscales de forma autóctona. El precio que se pagó para establecer una Unión Monetaria era una pérdida de soberanía nacional, preludio de transito para la construcción de unos Estados Unidos Europeos, con la suficiente fortaleza política para compensar la hegemónica presencia de EE.UU. y de los emergentes países asiáticos, especialmente China.

La diletancia de los Gobiernos, la ausencia de liderazgo político y la abrupta y severa crisis económica y financiera mundial, han puesto en evidencia que no es posible una Unión Monetaria sino se consolida una Unión Política para que la eurozona avance en competitividad y productividad. Como ejemplo destacar el último informe anual de la CE que manifiesta que, desde 1998 España ha perdido un 33% de competitividad, mientras que Alemania ha ganado un 13%, es decir que hoy España debería devaluar un 33% su moneda para estar igual que en 1998.

La imposibilidad de devaluar es la que propicia la dureza de los ajustes en el gasto para compensar nuestro retroceso en competitividad, de modo que nos endeudamos para compensar lo que somos incapaces de ingresar. La urgencia del momento ha obligado a hacer unos ajustes contables, es decir, recortar gastos, pero es imprescindible una estrategia política decidida que pasa por más Europa y más medidas de apoyo a la competitividad.

19.5.2010

Turbulencias

Los sobresaltos continuados nunca son buenos, pero cuando afectan a la economía pueden llegar a tener desenlaces graves. La crisis económica que venimos soportando desde finales de 2007, debido a los famosos créditos suprimes,  ha puesto al descubierto muchos déficits estructurales que, sabiendo que existían, quedaban disimulados por la abundancia de dinero que circulaba, más por ingenierías financieras que por modelos productivos consistentes.

La caída espectacular de Lehman Brothers en Septiembre de 2008 desestabilizó todo el sistema financiero internacional, no solo por su volumen 613.000 millones de dólares de pasivo y una perdida del 73% de su valor bursátil, sino porque inoculo el virus de la desconfianza en los mercados de todo el mundo. La poca fiabilidad que demostraron  las agencias de rating, y  la ineficiencia en el control de los reguladores, abrieron una brecha de inseguridad que aún no se ha cerrado con la contundencia que exigen los mercados financieros y económicos.

Era cuestión de tiempo que estas turbulencias se trasladaran al sector público que, progresivamente, ha ido acumulando un nivel de endeudamiento por encima de su capacidad de financiación. Ello les ha obligado a recurrir a emisiones de deuda que soportan los mismos bancos que ahora atraviesan dificultades,  impidiendo renegociar los vencimientos y encareciendo su coste.

Grecia ha sido el primero en declararse en suspensión de pagos, aunque este no es el principal problema, pertenecer a la Unión Europea y formar parte del euro juega a su favor, lo realmente grave es que tiene que acometer en los  próximos tres años reformas de dureza extrema en sus finanzas, contención del gasto, medidas antifraude, reducciones salariales y restricciones en su protección social, de difícil digestión para sus ciudadanos.

No debemos temer contagiarnos, hay que temer a los Gobiernos diletantes que antepongan especulaciones electorales a la adopción urgente de medidas de contención del gasto público, estabilicen el sector financiero y faciliten la creación de empleo. Los agentes económicos y sociales deben ser proactivos y corresponsables de estas medidas, es la puerta para crear futuro. 

11.5.2010

Bienestar

Como dice mi buen amigo Eduardo Punset, y además lo razona extraordinariamente bien en su libro “Viaje a la Felicidad”, la felicidad puede definirse como la ausencia de miedo. Este sencillo concepto aplicable a las personas y también a las sociedades ha sido el motor en el que se ha sustentado el Estado del Bienestar, de modo que garantizando la educación, se pretende fomentar la igualdad de oportunidades, universalizando la sanidad, evitamos la discriminación y con el sistema de pensiones protegemos a los que salen del mercado de trabajo.

Este modelo implica la aceptación de determinados valores como, primar lo colectivo más que lo individual, un sistema fiscal progresivo, paga más quien más tiene, ser solidarios intergeneracionales, ya que los cotizantes de hoy son los pensionistas del futuro y aceptar que redistribuir la riqueza es la base para un desarrollo económico sostenido.

La base del sistema es productividad y crecimiento del PIB que permita recaudar un volumen importante de ingresos, para hacer frente a los costes crecientes que devengan los compromisos del Estado del Bienestar. Los países nórdicos ingresan el 60% del PIB, España el 40%, en cambio ellos generan superávit, nosotros déficit, y su actividad económica esta mucho más desarrollada.

El hundimiento de un sector básico de la economía española como el inmobiliario, coincidiendo con la crisis económica más feroz de los últimos setenta años, debería estimularnos a repensar sobre el futuro del Estado de Bienestar que queremos, el que podemos tener y como lo vamos a financiar, ya que, de lo contrario, con un prolongado estancamiento del PIB, menores ingresos por recaudación, deuda pública elevada y restricciones en el sector financiero, podemos llegar a colapsar el pago de las prestaciones públicas comprometidas.

La universalización indiscriminada de prestaciones puede llegar a ser injusta y deberíamos poner filtros, así como ser muy duro con los ciudadanos incívicos que defraudan al sistema, abusan de las prestaciones y no tienen ningún respeto por el interés colectivo. Si de verdad queremos bienestar colectivo, para afrontar el futuro sin miedo, todos debemos remar en esta dirección.

26.4.2010  

Fútbol

El país se paraliza, todo el mundo pendiente del partido del año, un Madrid- Barça , lo hemos vivido hace pocos días. Millones de personas en todo el mundo enganchadas al televisor alcanzando cuotas de audiencia imposibles en cualquier tipo de programa, lo mismo ocurre con la Champions league, es el mundo del fútbol, un sector que mueve mucha actividad económica, aunque el 70% del total de los ingresos que generan los clubs se destinan a salarios para jugadores y entrenadores.

El fantasma de la huelga de jugadores vuelve a sobrevolar ya que, exceptuando los dos grandes clubs españoles, todos tienen deudas salariales con sus jugadores y la inmensa mayoría son obreros del fútbol con retribuciones ajustadas y carreras cortas y, lo más importante, sin su concurso no sería posible organizar la liga de las estrellas.

El total de la deuda acumulada de los clubs de primera y segunda división esta en torno a los 5.000 millones de euros, aunque solo ocho clubs deben 2.272 millones y de ellos 1.722 corresponden a Madrid, Barça y Valencia. Compras millonarias de jugadores a crédito, deudas con hacienda y seguridad social, derechos de televisión gastados anticipadamente, situación que se endurecerá con la irrupción de la TDT que comportará una atomización del mercado publicitario y las cadenas deberán ofrecer menos por los derechos del fútbol.

Concluir que el sector del fútbol vive por encima de sus posibilidades, asentado en un modelo financiero insostenible, no parece ningún despropósito. Hace muy poco vivía así el sector inmobiliario y todos sabemos como ha acabado. Los estamentos del sector; Federación, Liga Profesional, Asociación de futbolistas y la Secretaria de Estado del Deporte, que depende del mismísimo Presidente del Gobierno, deben, de forma urgente, consensuar un plan de saneamiento y mecanismos reguladores severos que eviten la quiebra del futbol, racionalicen su funcionamiento y trasmitan a la sociedad que no puede haber sectores intocables, aunque este levante pasiones.

Si de algo ha de servir la crisis es que seamos capaces de recuperar el rigor y el sentido común, y le demos a las actividades el valor que tienen obviando ingenierías financieras.

13.4.2010

Valores

Siempre hablamos de la economía como algoritmos que relacionan medios para obtener unos fines o actividades que persiguen la obtención de satisfacciones relacionadas con el bienestar material o monetario. La satisfacción del cliente, la eficiencia en la producción, la maximización de los beneficios, el crecimiento del PIB, la productividad, la competitividad, los tipos de interés, el bienestar social, las retribuciones salariales y todos los ingredientes que conforman los parámetros de la economía de los países desarrollados.

He tenido la oportunidad de estar esta última semana en Japón, colaborando con mis anfitriones de Mitsubishi, y cuando te encuentras a 11.000 Km, de casa, con el cerebro en modalidad esponja, inevitablemente tus neuronas funcionan a otra velocidad, de modo que percibes todo con una sensibilidad distinta, así redescubrí la importancia de los valores que sustentan una sociedad desarrollada y, en base a ellos, no al revés, obtienen satisfacciones económicas.

La cultura del respeto a lo colectivo en una sociedad de 130 millones de habitantes, la ausencia de vandalismo, calles impolutas, infraestructuras públicas amables con los usuarios, estaciones de tren que parecen museos, obras protegidas por lonas que evitan polución, rodeadas de vallas con cuadros que informan al ciudadano de la evolución de la obra. Un conglomerado bursátil, Nikkei, de 225 empresas, casi todas multinacionales, y una relación emocional de los empleados de estas firmas presidida por el amor al trabajo bien hecho y obsesión por la calidad y el servicio.

Lo confieso he sentido sana envidia, pero también me ha motivado a soñar que esto también es posible en mi país, solo hay que inocular estos valores de forma constante, sin desmayo, a toda la sociedad, con especial incidencia en los más jóvenes, con la convicción de que si cada uno hace lo que debe todos estaremos mejor colectivamente.

Para ello hay que empezar para que delincuentes como Mario Conde no den conferencias en el Circulo Ecuestre y lo que es peor haya bofetadas para asistir, ya que atropellar accionistas, robar, vivir a todo lujo con lo robado y estar quince años en la cárcel, no creo sea muy edificante.

30.3.2010

Infraestructuras

Lamentablemente nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y esta empieza a ser una sensación que se esta instalando en nuestra sociedad con demasiada frecuencia últimamente. La nevada del pasado lunes en Cataluña volvió a poner de manifiesto la precariedad de nuestras infraestructuras, especialmente las eléctricas, provocando un efecto dominó en todos los servicios que dependen de esta energía; ferrocarriles, telecomunicaciones y todos los enseres domésticos que hace muchos años nadie utilizaba y ahora son absolutamente imprescindibles.

Las pérdidas que se han producido, más de 100 millones de euros, 22 mil compañías afectadas, 5 millones de horas de trabajo desperdiciadas, y la preocupación de que esta situación afecte negativamente la contratación de la inminente Semana Santa, ya que estamos en un entorno de especial interés turístico, son datos que exigen algo más que unas disculpas. Lo mismo cabe decir de las inundaciones en Andalucía, Levante, las enormes tormentas en la cornisa Gallega y Cantábrica, o los desastres acaecidos en las Islas Canarias. 

Los inviernos producen estos fenómenos meteorológicos, forman parte de la naturaleza,  se producen con virulencia y de forma excepcional, dejando tras si todo tipo de destrozos y mucha desolación humana. Es cierto que a veces las predicciones, que las tenemos y son muy buenas técnicamente, se ven desbordadas por la virulencia de lo que acontece, pero ello no exime a nadie de sus responsabilidades, que todos tenemos las nuestras.

La Administración no acaba de afinar los mecanismos de coordinación entre diferentes responsables, actúa mal y tarde y no dispone de las herramientas necesarias para canalizar el desconcierto y la atención humana, agravando, a veces, el problema con su impericia. Los aspectos técnicos son tarea de las operadoras de servicios y las reparaciones tardan lo imprescindible en función de la magnitud de la catástrofe.

Lo que no se entiende es: si crece la población y la demanda de aparatos eléctricos de forma exponencial, ¿por que no lo hace el suministro de energía?, ¿por qué se dan licencias para construir en los cauces naturales del agua?.Lamentarse no es el camino.

16.3.2010